Cuando niño, veía la vida como super divertida y con tiempo infinito para jugar y pasarlo bien con todos mis "amigos", recuerdo por ejemplo tardes completas de juagar a la pelota; desde las 14:30 hrs que nos juntábamos hasta que ya no podíamos ver el balón porque estaba muy oscuro. Veía la vida como dentro de un fuerte -como el de Niebla-, donde estaba protejido con amor, con cuidado y todo el respaldo de mis padres... tiempos aquellos !!!. Recuerdo por ejemplo, una imagen que quedó muy grabada en mi memoria, cuando tenía como 7 años, un día de lluvia inesperada -en tiempo de colegio- al salir todos nos comenzamos a mojar, pero yo era el único al que su padre lo esperaba a la salida con una parka -que no había llevado-. Debo decir que en esos tiempo los papás como que no estaban muy ahí con los niños, como que eramos más independientes. En fin, todo estaba bien.
Con el pasar de los años, vemos como van sucediendo las cosas. Mi madre murió el año 94 -aún no veo fotos de ella, -porque no las necesito para recordar su imagen y vivencias-. Hoy, mi padre con alzheimer. Lejos quedaron esas reuniones familiares donde estaba todo bien. Hoy la vida nos lleva por donde cada uno así lo quiso. Se supone que los hermanos son contemporaneos y que por lo tanto deben estar juntos para los momentos duros, sin embargo la vida una vez más nos muestra cuán amargo puede llegar a ser diversas situaciones cuando nuestros actos, que creemos son correctos, ante los demás no tienen valor, y se reconoce lo superficial porque es más fácil no entrar en profundidades. El dicho popular: "no hay que meterse..." se apodera de todos los que en algún momento se pensó que su voz corregiría el error que cualquiera de nosotros pudiera cometer. Hoy, los más cercanos son aquellos que jamás siquiera lo pensamos lo serían. Ante momentos de dolor se ve la vida como en un estado de trance, como auto-anestesiado, como cuando a una película vieja le faltan cuadros y la imagen se ve entre-cortada.
Me he dado cuenta que echo de menos reir. Me he olvidado de mi risa... ¿ fuerte?. Tal vez. Estoy seguro eso sí, que poco a poco enmendaré mi camino, y sabré hacer los ajustes necesarios para estar mejor preparado para el dolor que poco a poco asoma en el curso de los años: amigos que mueren, distanciamientos "obligados", temas pendientes ante los cuales no existe ánimo de tratarlos, y la familia que también muestra signos de vejez porque también tiene comportamientos erráticos. He sentido a veces que somos como verdaderos "robotitos": "Hola, cómo estás?, bien ! y tú?, ah que bueno!, y la familia? bien?, ah que bueno...!, y la pega? (...). Por qué cada vez custa más hablar de verdad?, por qué cada vez más cuesta tanto mirar a los ojos y sentir al otro?, por qué tanto temor de involucrarse con alguien -o por alguien- que se supone es cercano?, es que a caso el tiempo ya no existe para que eso que alguna vez se protegió o cuidó
, hoy simplemente se vea pasar sin mayor conexión?.
Son muchas las huellas que quedan. Esta vida tan alegre en su historia y tan dura que se muestra en ocaciones.
Hoy, los cercanos son menos. El tiempo casi no existe. Pero hablar y mirar a los ojos a veces lo detienen (al tiempo); y reconforta, anima y la soledad por la ausencia de muros se hace más llevadera.
Cualquiera que lea esto quizá entienda que me quiero quedar adolecente y me niego a envegecer: ojalá sea tan simple. Como siempre digo: "las cosas son como son... y las cosas no son como son...".
Ok. Estoy claro que hablé entre líneas y que no puse el tema claro, pero aún no estoy sano para hablar más directo. Los colores se ven diferente a veces. Gracias a todos los que me conocen y han estado conmigo. Ellos saben quienes son. Gracias. !
Ver sin mirar, estar sin sentir. Y, por el contrario aquellos que por casualidades de la vida pasan cerca y entregan afecto, un momento a la escucha del alma: eso fortalece y reconforta. No son "añuñuis", son seres humanos que ven y escuchan a sus pares. Siempre hay tiempo para ver el alma del que la tiene resquebrajada, e incluso decirle con el silencio: "sigue!, ya llegarás a entenderlo todo!"
Saludos a todos, y especialmente a quienes dedican momentos de sus vidas en ver con sus ojos a los ojos y hablan con el silencio de valorar los sentimientos y actúan por el corazón más que por la razón. Porque si bien razonamos, lo que nos distigue de los robotitos, no es nuestra lógica, sino el corazón. Eso es lo que nos hace grandes!. No la cantidad de neuronas ni sus funcionamiento, sino más bien nuestros afectos, nuestros sentimientos no guardados ni postergados, sino entregados...
o no?, "eso es lo bonito, lo importante no?" (como decía bam bam).
