viernes, 21 de octubre de 2005

¿ Por qué los viejos encuentran todo malo ?

Hoy, tuve que ir al dentista. Era temprano, el día en todo caso ya había partido hace rato...

Por algún motivo, de camino, mi mente se relajó, se desconectó de la rutina, -esa que nos acopaña siempre a algunos-, y oh !!, vi cosas que normalmente no se ven. Pero si ese trayecto lo he hecho muchas veces !?, igual. El tema es que muchas personas pasan unas al lado de otras, algunas hablan, otras sólo miran como asustados, otros con signos evidentes de estar molestos, otros disfrutan casi orgásmicamente hablandole al celular (porque digamos las cosas como son, hay personas que hasta pereciera que acarician al celular y lo muestran al que pueden como en estado de trance, o no?), -hasta algunos estúpidos aún escupen en la calle-, en fin: gente pululando. Dónde voy con esto?; bueno, resulta que en un momento cerca ya de mi destino iba caminando y un hombre, de la calle (un homeless como dirían en casa del tío Sam), estaba parado junto a un bulto, con su mano estirada y pronunciando algo que no se entendía, en principo parecía como si pidiese limosna, -de hecho eso pensé-, su rostro denotaba muchos pipeños de distintas cosechas y muy añejos, no el pipeño que por definición sabemos no lo es, sino el empaque, es decir el hombre; vuelvo al tema: estaba ahí con cara mezcla de pedir o estar reclamando algo, yo seguí caminado; lo miré hacia atrás y vi como otras personas pasaban sin tomarlo en cuenta -como yo lo hice-..., ya me había alejado lo suficiente y seguí pensando en qué onda ese hombre?, cuando de pronto entendí: el hombre no pedía limosna, lo que pedía era ayuda para poder anudar su bulto, que era como un bestón y un pantalón doblado tipo saco de dormir que se pone en las mochilas, él trataba con un hilo grueso de amarrar esto y no podía, porque ya casi no tenía motricidad fina en sus viejas y adormecidas manos producto de su estado de abandono de si mismo. ¿ Volví cuando entendí ?: no, no lo hice, ya había caminado mucho; pero en ese momento me embargué de muchos sentimientos y recriminaciones personales por no haber hecho algo.

Luego me ocurrió algo como extraño: relacioné eso con otras situaciones no parecidas pero también con personas de edad, que parecen en principio ante nosotros como que están reclamando o en desacuerdo con todo lo actual, y nosotros los catalogamos como que están "out" y que por eso no entienden...; quizá es al revés, que somo nosotros los que no entendemos, y que ellos reclaman por lo superficial que parecemos a veces, preocupados y actuando en función de algo que nos dicen es importante, y que no reparamos en ver más allá, tal vez, ese hombre o cualquiera de más edad lo que no puede decir es de forma coherente que nosotros estamos mal al preocuparnos por cosas que no tiene verdadero valor, cuando hay otras, mucho más simples, pero realmente importantes. No puedo aún entender cómo se debió sentir ese hombre que estaba incapaz de lograr amarrar sus cosas para seguir caminando por lo que le queda de vida, pasando al lado de mucha y mucha gente que estamos todos en otra frecuencia.

Ok, lo narrado fue un hecho real, del cual no me enorgullesco. Y bueno, no hay que tener dos dedos de frente para saber que por estos días canonizan al Padre Alberto Hurtado, que independiente de la religión o forma de llevar la Fé de cada uno, debemos reconocer su enorme trabajo y entrega que trasciende hasta nuestros días, y que hay muchos viejitos que están -como hechos concretos de su obra- hoy en Roma a la espera de dicha ceremonia. Hombres como él, en su momento descubrieron su mundo, un mundo que les llenaba, viviendo y sintiendo a full todo su entorno; entorno que nosotros pocas veces vemos, y cuando lo hacemos son simples destellos que se van tan rápido como lo inesperado que llegaron. Que lata..., parece que a ratos me siento viejo, ¿ o es mi seudónimo el que me sigue ?

¿ Por qué los viejos encuentran todo malo ?: después de lo narrado, no me queda tan claro si la pregunta está bien formulada..., qué opina usted?