¿Seré un
outlayer? Las cosas son como son… y las cosas no son como son.
Si había
dudas respecto de que miramos siempre sobre el hombro a los demás países de la
región, creyéndonos más de lo que somos y auto convenciéndonos o consumiendo lo
que nos dicen los canales de TV abierta “shilenos”, los últimos acontecimientos
que hemos vivido estos meses nos vienen a mostrar toda la tierra que
guardábamos bajo la alfombra y ha dejado aflorar lo que realmente somos: uno
más de los mismos.
Hoy, día
después del condoro del “Rey Arturo Vidal” cuando en una salida de “tarde libre”,
en medio de la competencia de Copa América y siendo un jugador de elite, alto
rendimiento o top (como quieran llamarle), nos ha mostrado el verdadero shileno
que lleva dentro: se fue de copas al casino y le importó ¾ de la nada misma la
competencia y la responsabilidad “extra” asociada a la localía, ni siquiera el
autocuidado consciente asociado a un deportista profesional (de tiempo
completo).
Por
diversas razones hoy pude ver TV por la mañana y me he paseado por todos los
matinales de TV abierta que hay (léase: Canal13, TVN, Chilevisión, Mega). Todos
sólo hablaban de lo mismo: de lo que hizo Arturito. Todos entrevistaban a personas
que llegaban a apoyar a Vidal a la Comisaría en la que pasó la noche (donde lo
detuvieron por chocar su Ferrari por alcance a un tercero y porque conducía en
estado de ebriedad), luego a tribunales llegaron más aún, incluso estudiantes
que debían ir a clases. (A todo esto, ¡Por Dios que tiene tiempo la gente en
Santiago para juntarse a gritar por cualquier estupidez!). Los matinales bien
parecían Hienas, carroñeros
que se alimentan de los desechos de los demás, o dicho de otra forma, eran
parásitos de la cagada que había dejado Vidal. En Chile hoy había pasado NADA
más que lo hecho por Vidal ¿El aporte de los comentaristas?: ¡Cero! Repetían y
repetían lo mismo, extendiendo eteeernaaameeenteee los mismos datos. Claro,
además con preguntas al público –del circo romano- del tipo: ¿Tiene que salir
Vidal de la Selección? (obvio que la respuesta ya se la daban masticada
orientándola a que sea un NO, instando a que digan que Vidal tiene que seguir y
minimizando todo respecto a un hecho concreto de la causa y es que en plena
competencia (independiente del choque) Vidal, jugador vital y querido por la
hinchada, iba de vuelta a su trabajo en estado de ebriedad, para continuar trabajando
por su “compromiso” de dejar la Copa en Chile, pero claro: ¡Eso no importaba! (es
que él ya se había tomado las suyas).
No puedo
entender el cómo en Chile somos expertos para justificar lo injustificable. Las
personas gritaban apoyando a Vidal, decían algo así como que: “nooo poh… es que
él es sshhilenooo poh… hay que puro apoyaa’looo”; verdaderos zombis que apenas
sabían hablar pero que sabían que “lo correcto” era que Vidal merecía seguir en
la copa. Nadie reparaba por un segundo que el mate’huea estaba preso porque
cometió un delito grave por conducción irresponsable y que bien pudo costar más
de una vida. Nada de eso importaba, sólo les importaba que era Arturo Vidal y
que tenía que jugar la Copa América. El fútbol estaba por sobre lo que podría
imponer la ley.
Creo que
esto es fiel reflejo de lo que somos en realidad: unos verdaderos corderos
manipulables, simios (no homo-sapiens) derechamente simios, zombis sin
capacidad de pensar; reflexionar o analizar en lo más mínimos los hechos de
forma independiente. Pido perdón por el alcance, pero es que queda botando en
el área chica: ¡Con razón estamos como las weas dejando elegir los politicuchos
que tenemos descalabrando el país! (es que “compramos” todo lo que nos entregan
digerido en la TV abierta).
¿La guinda
de la torta? los dichos de Vidal en el audio que grabaron durante su detención:
En el diálogo se puede escuchar lo siguiente:
- Vidal: ¿Como voy a venir manejando esa hue’a, como soy tan tonto, no pensa’i?
- Carabinero: Si la cagó la cagó, caballero.
- Vidal: ¿Cómo, yo la cagué?, deja de hablar hue’as.
…
- Vidal: ¿Me vas a esposar a mí?
- Carabinero: No ponga las cosas más difíciles
- Vidal: Espósame, pero te vas a cagar a todo Chile…
- Vidal: ¿Como voy a venir manejando esa hue’a, como soy tan tonto, no pensa’i?
- Carabinero: Si la cagó la cagó, caballero.
- Vidal: ¿Cómo, yo la cagué?, deja de hablar hue’as.
…
- Vidal: ¿Me vas a esposar a mí?
- Carabinero: No ponga las cosas más difíciles
- Vidal: Espósame, pero te vas a cagar a todo Chile…
O sea,
Vidal estaba con copete, pero tampoco era del todo weón, sabía quién era y tal
como el “bakán” que se cuela en la fila haciéndose el que saluda a un amigo que
está bien adelante, quería “llevárselas pelada”. Aún con todo eso, la gente “lo
entiende”…, (porque el cauro es del “pueulo” poh), hay que perdonarle todo:
coherente con el actuar de modo zombi = ON.
A mi modo
muy personal, y con todas mis limitaciones sociales, puedo decir que quizás,
sólo quizás, lo que debería haber hecho es algo así como: auto marginarse del
proceso Copa América, reconocer su error y apoyar desde el costado asumiéndolo.
Eso lo habría realmente coronado como el “Rey” que le dicen que es. Es que, le
guste o no, le han creado una imagen de “modelo a seguir” para muchos niños, y
el mensaje que ahora están recibiendo estos niños es totalmente incoherente: “si
eres bueno en algo, no importa lo que hagas, puedes seguir en lo tuyo y con
todos los aplausos” ¡Ser correcto NO es importante!
Una
reflexión final. Tengo claro que aquí los conceptos están torcidos desde la
base. “Venden” el fútbol como un deporte, cuando en realidad es un negocio y
privado. Existen intereses que se sobreponen a los supuestos valores que
entrega el deporte, por nombrar algunos: honestidad; coherencia; lealtad;
rectitud, entre otros. Por eso hay mensajes que parecen diferentes, pero es que
van en dos líneas totalmente distintas: el mensaje para los ilusos (que creen
que esto es deporte puro) y el real (que esto es un negocio y con tal de ganar
los valores o principios se los meten “donde mismo”).
Hasta
ahora, el momento del inicio del partido era mi favorito, cuando se escuchaba
la canción nacional cantada a capela por todas las almas del estadio, mientras
se mira mi bandera chilena. Ahora, con todo lo pasado, debo decir que ya no
tendrá el mismo sabor y me da rabia, porque intereses mercantilistas egoístas
trastocan lo más propio que nos quedaba, el sentirnos UN solo ser en ese canto,
en lo que se “supone” era un marco estrictamente deportivo. El vestir (y aquí
sale lo nacionalista que soy) los colores de la bandera no es superficial,
debería haber un mínimo de conciencia de sus implicaciones. Pero claro, cosas
como el honor; la consecuencia; la coherencia, no forman parte de este negocio…
P.D.:
Acabo de
ver el vídeo donde Vidal, con lágrimas de cocodrilo, pide “perdón” por lo que
hizo. Sorry, pero es la misma actitud que tanto se ha visto en cuanta detención
ciudadana a los lanzas en la calle, y que se ponen a llorar como último recurso
para llamar a los “sentimientos” de compasión de los espectadores. Es decir,
otro recurso circense. (“Te me le caíste Erasmo”). Es que se puede pedir
perdón, pero la forma en que lo ha hecho, no me cuadra. Para nada, o como diría
otra por ahí: “paso” J
La vista
gorda de Sampaoli, me da igual. Él no importa, él sólo hace su pega, le importa
un comino la responsabilidad social de lo que para muchos creen que es “puro
deporte”.
Lo sé: soy
un outlayer, ¡Y qué!